Técnicas de estudio: la historia (I)

La técnica de estudio: crea tu propia historia, es la que más me gusta a la hora de memorizar una lista o una enumeración, aunque puede utilizarse para párrafos o páginas enteras.

Sí, como los libros que leíamos cuando éramos pequeños, ¿os acordáis? “Elige tu propia aventura” eran geniales.

Para mi, es la mejor forma de aprender listas, enumeraciones o incluso los epígrafes de los temas. La utilizo bastante cuando algo me cuesta más de la cuenta; aunque, pensándolo bien, debería utilizarla más a menudo porque me sirve para recordar diferentes aspectos y sobretodo llevarlos a la memoria a largo plazo, que es lo importante.

¿Para qué es útil esta técnica?

Como he comentado, es útil cuando queremos memorizar:

• Listados
• Enumeraciones (correctamente ordenadas)
• Epígrafes de temas
• etc.

Eso sí, en mi caso, esto no sustituye el estudio y la memorización en sí, sino nos ayuda a recordar diversos aspectos del texto de una manera más rápida.

¿Quién la puede utilizar?

¡Todo el mundo! Desde personas que quieren recordar datos de este tipo y no están estudiando, estudiantes de la ESO y bachillerato y universitarios, opositores, etc. ¡Es muy sencilla y muy útil!

Pero aviso, al comienzo cuesta más tiempo el proceso de crear la historia, ver las imágenes, etc; pero os aseguro que cuanto más lo practiquemos, más fácil nos resultará.

¿Es una técnica nueva y revolucionaria?

Nooo! Para nada! Esta técnica aparece en todos y cada uno de los libros sobre técnicas de estudio que encontramos en el mercado (y que me he leído… que ya debo tener una buena colección de libros de este estilo. Me encantan.)

Sin embargo, hay una cosa que me falla de esta técnica, pero vayamos paso por paso 😉

¿En qué consiste?

Consiste en que, a partir de un listado de palabras completamente aleatorias, seas capaz de recordarlas todas y además en el orden correcto (voy a por un café, ahora vuelvo).

Ya estoy. Todo en orden, ¿no? 😉

Bien, como he comentando, es mencionada en casi todos los libros (por no decir todos) que he leído/ojeado sobre técnicas de memoria y entrenamiento mental, aunque con diferentes nombres (la cadena, por ejemplo). Es la base para otras técnicas más complicadas.

Así que, empecemos por el principio, ¿no?

Voy a inventarme 20 palabras así, de repente (te prometo que no las tengo preparadas, las primeras que se me ocurran):

1. Café
2. Gafas
3. Barco
4. Bebé
5. Editorial
6. Hollywood
7. Viuda
8. Paragüas
9. Papelera
10. Corazón
11. Tubo de escape
12. Lápiz de labios
13. Atril
14. Sol
15. Menú del día
16. Terraza
17. Máquina de escribir
18. Teléfono móvil
19. Avioneta
20. Bolígrafo

Tienes 2 minutos para memorizar esta lista de palabras, utiliza el cronómetro del móvil y ¡no hagas trampas! Estamos aquí para aprender, así que seamos fieles a nosotros mismos ¡y descubre si eres capaz!

¿Ya?

¿Seguro?

Perfecto. Ahora, coge un papel y boli y apunta las palabras que te acuerdes, añadiendo 1,2,3… Para facilitarte el orden de las mismas.

Si eres capaz de recordar todas sin necesidad de ningún método ¡Enhorabuena! Tienes una memoria increible! Ahora cuéntame cómo lo has hecho!

La primera vez que utilicé esta técnica de estudio (hace muchos años) era capaz de recordar vagamente 12 o 13 palabras, porque mi técnica era: repetir, repetir y repetir. Empezaba: café, café, café… gafas, gafas, gafas… y claro, esa memoria a corto plazo era sustituida por nuevas palabras.

¡No me funcionaba!

Así que, cuando leí esta técnica, empecé a aplicarla a las leyes y artículos.

La Historia.

Esta técnica de estudio, como he comentado, consiste en hacer una historia con las 20 palabras arriba mencionadas. Pero no cualquier historia, no, tiene que ser una historia propia, inventada por ti y cuanto más inverosímil mejor. Tiene que ser una de esas historias tan absurdas que te daría vergüenza contarla en voz alta. Esas son las que funcionan.

Empieza por “Café” e imagínate un café como tu quieras… Puede ser muy pequeño, liliputiense… o puede ser enorme, un tanque llena de café, ¡deja volar tu imaginación!

Vale, supongamos que nos imaginamos una taza enooooooorme de café, tan grande como una piscina, redonda, perfecta, con el café poco calentito (a ver si nos vamos a quemar y la liamos).

GAFAS: ¿Qué te viene a la cabeza? ¿Unas gafas como las de Harry Potter, por ejemplo? Perfecto, incorpóralas a la imagen de forma completamente absurda. Imagínate… que todo el fondo está cubierto de gafas de Harry Poter… o que hay un gigante mojando sus gafas en el café, porque se ha equivocado, no sé, cualquier cosa!

¿Tienes la imagen creada? Yo en mi mente veo una taza enorme de café con un gigante mojando sus gafas en ella, como si fueran galletas.

BARCO: Bueeeno, esto es más evidente no? Un barco surcando los mares en la taza gigante de café. Vale, pero tiene que ser algo más absurdo. Imagínate el barco pirata de Playmobil o un barco rosa que va dejando una estela de purpurina de azúcar al pasar por el río (solo faltan los unicornios).

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BEBÉ: Recuerda que la imagen tiene que ir después de BARCO, por lo que lo mejor es que lo integremos con esta última palabra. Por ejemplo: un bebé balanceándose en el barco. Imagínate el bebé que quieras, ¿contento? ¿triste?

EDITORIAL: A mi me viene a la cabeza algo así como “el bebé jefazo” (la película) que trabaja de director en una editorial, dentro del barco rosa de purpurina.

Vale, llevamos 5 palabras, ¿eres capaz de recordarlas?

Resumiendo: Un CAFÉ enorme en el que un gigante moja sus GAFAS en él. Llega un BARCO rosa con un BEBÉ dentro, que trabaja en una EDITORIAL en el barco.

¿Qué te parece? ¿Eres capaz de recordar las otras 15 con esta misma técnica de estudio? ¡Te animo a que lo intentes y lo compruebes!

Y aquí un video de Dominic O’Brien (Ocho veces campeón del mundo de memoria) en el que memoriza 50 palabras diferentes (está en inglés!)

En la segunda parte de esta técnica de estudio, te mostraré cómo aplicarla a temas concretos, porque claro, puedes acordarte de “café” y “gafas” y “barco”… ¿Pero cómo te acuerdas de los temas que tienes que estudiar?