Tú, querido estudiante, que sueles frecuentar las bibliotecas, seguro que conoces a estos 15 tipos de personas que encontrarás en una biblioteca.
Yo la verdad es que, a lo largo de mi vida, he sido todos y cada uno de estos personajes maravillosos… (bueno, el RRPP no mucho, no iba a la biblioteca a hacer amigos xD).
¿Os suena alguno de estos tipos de personas? ¿Echáis en falta alguno más? ¡Dejádmelo en comentarios!
1.La tacones
Se caracteriza por ese “Pom, pom, pom” que oímos cada vez que se levanta a vete-tú-a-saber-qué. Ella va divina, eso sí, con sus tacones y su pelo liso… Pero va en tacones, vale? En tacones.
A la biblioteca.
No tengo nada más que añadir, supongo que, esta circunstancia puede ser eximiente en algún juicio, ya me lo estoy imaginando: “pero… señoría, esa señora iba en tacones a la biblioteca”
Luego hay una variante, más considerada que la anterior, conocida como “llevo-tacones-pero-intento-ir-de-puntillas”, caracterizada por su andar y su (pm, pm) mucho más silencioso que el anterior. Esta chica no quiere hacer ruido, simplemente le gusta andar en tacones y desearía que la biblioteca estuviese cubierta de una moqueta azul (azul porque son las moquetas que he visto en diferentes bibliotecas, yo que sé). Pero no lo está. Y ella se siente incómoda porque tiene que ir al baño.
Así que se levanta y empieza a andar de puntillas por toda la sala, un ruido silencioso y seco suena a medida que se acerca a tu mesa (que estás sentado cerca de la salida porque no había otro sitio libre). Y lo agradeces, claro. Pero mujer, la próxima vez vete en deportivas, que se te van a cargar los gemelos.
2.El novato
El novato suele ir a la biblioteca acompañado de más novatos. Así funciona (imaginaos en este momento un programa de Felix Rodríguez de la Fuente: “El novato y su manada se acercan sigilosamente a la biblioteca…” bueno, quien dice sigilosamente dice… “como si estuviera en su casa”). Porque algo que caracteriza a los novatos de biblioteca es que se piensan que están solos en este maravilloso espacio silencioso (habéis visto cómo sutilmente he subrayado silencioso, ¿verdad?). Él y su manada, novatos de primer año de carrera, no saben que, al otro lado del pasillo, les esperan los veteranos de la carrera o incluso estudiantes de postgrado y opositores para atacar con un lindo: “shhhhh”
3.El shhhhh
Sí señores, aquí llega el grande y temido “shhhh“. Esa persona que necesita silencio sepulcral en la biblioteca, un poco de paz, de tranquilidad… (Vaya, para eso son las bibliotecas, no nos liemos). Así que, de repente salta con su mayor arma “shhhh” acompañada de: “si queréis hablar, tenéis un bar enfrente”. Zassss, ataque mortal, ataque sigiloso, como si nada. Al instante, sigue estudiando, esperando a su próxima presa para lanzar su mejor frase.
4. El resfriado/alérgico a la primavera
Ay, todos hemos estado en esta situación en invierno, (bueno, en realidad creo que todos estos “tipos de personas” los he vivido en mis carnes, he sido todos y cada uno de ellos) o los alérgicos al polen en primavera. El/la pobre ya no sabe qué hacer con el moquillo que se le asoma débilmente por la naricilla. Ya la tiene roja de tanto sonarse. No pasa nada, todos podemos estar resfriados alguna vez. Eso sí, recuerda no acercar ese pañuelo al sitio de enfrente, gracias.
Aunque dentro de este tipo, está el que “se suena pa’ dentro“, sí, ese que no necesita pañuelos y va absorbiendo todo lo que debería estar fuera. Y suena eso cada 30 segundos. En serio, ve al baño y coge papel higiénico. Si no es por los demás, hazlo por ti. Tiene que ser malísimo.
5. El relaciones públicas
Esta persona conoce a media biblioteca y a media secretaría de la misma. Esta persona que se levanta cada 10 minutos para saludar a alguien nuevo que acaba de llegar. Saluda, da dos besos, acompaña a la cafetería a una buena parte de la biblioteca… Y sigue en la página 1. Creo que ir a la biblioteca para “el relaciones públicas” es un medio de vida. A veces, me lo imagino dando tarjetas a la entrada de la biblio en plan: “Ey, hay happy hour en la biblio de 2 a 3. Listas hasta la 1. Chicas gratis”
6. El subrayante
Y yo me pregunto, ¿Por qué los subrayadores no llevan mute incorporado? Nos ahorraríamos muchos disgustos. El Subrayante es esta persona que lleva sus apuntes impolutos, limpios, radiantes. Ni un solo comentario al margen. Y de repente… Saca todo su arsenal de subrayadores y papelería bonita (yeah, sabéis que el subrayante es muy de mi rollo) y empieza a subrayar como si no hubiera mañana. ¿Artículos? Naranja. ¿Autores? Azul… Y quito la tapa, subrayo, pongo la tapa, cojo otro color, le quito la tapa, subrayo, pongo la tapa, cojo el color anterior… Y un largo etcétera hasta que sus apuntes parecen un árbol de navidad de uranio. Bien, Cris, a ver si otro día subrayas en tu casita, vale?
7. El jirafa
También conocido por “El vista-lince“. Es esa persona que siempre sabe lo que estudia la persona que tiene a su lado (y al otro y al que está más allá, en la otra mesa, al final del pasillo). El jirafa tiene un cuello sorprendentemente grande para observar/leer/e incluso memorizar todo lo que estudian los demás. A veces, te dan ganas de poner tus apuntes en su sitio y decir: “Estoy con contabilidad, ¿te parece bien?”. Eso sí, cuando estudias lo mismo que el jirafa, le gusta, y te saca una media sonrisa diciendo: “ey tío, estudiamos lo mismo… ¡Choque de apuntes!”
8. El chicles.
El chicles. Oh, que gran persona. Siempre tiene un chicle en su boca y, a veces, cuanto más nervioso está, más lo mueve; (sí, en esos momentos piensas: “se le va a desencajar la mandíbula”) pero no, sigue ahí, vivo, aprendiéndose el tema mientras mastica rápidamente un chicle que ya no sabe a ná de ná.
Lo peor es ese momento en el que ya empieza a aburrirse. Sí. Y el chicles empieza a masticar con la boca abierta. Ponte en situación. Concentración. Silencio. La tacones está sentada sin hacer ruido. Los novatos, al fondo de la sala. Y de repente, oyes una burbuja salir de la boca de el chicles. Le miras con cara de odio mientras el “shhhh” pronuncia su frase matadora.
Y Decides no hacer nada, por el bien común.
9. El vibraciones
Esta persona piensa que el “sonido” de la vibración de su móvil no se oye… O lo tiene en una frecuencia distinta de la humana y así solo él puede oírlo (como una especie de superpoder). Pero déjame decirte una cosa: tu móvil, aunque esté en silencio, se oye. Y sobretodo cuando alguien te manda un WhatsApp cada 2 segundos. Así que, por favor, quítale la vibración y únicamente guíate por la luz de la pantalla. En serio, te va a parecer una locura, pero cuando te llega una notificación la pantalla se enciende 😉
10. El última hora.
Nunca aparece por la biblioteca. Nunca. Y de repente, a 1 semana de los exámenes, asoma la cabeza (con 2 litros y medio de café o, en su defecto, bebida energética) y ya no se mueve. Por un pequeño periodo de tiempo, sí, pero ya no se mueve. Y puedes observar en esa semana como su barba se hace más poblada (vale, estamos hablando de hombres, eh? las mujeres tendremos otros problemas…) y sus ojeras más profundas. No pasa nada, está bien. Está asumiendo todos los conocimientos de un año en 2 semanas. Todo bien.
11. El media y media.
Estudia media hora y descansa otra media hora (o una hora). Es su método, no podéis interrumpirle. Lleva los pomodoro al límite. Al final del día ha estudiado 4 horas y ha descansado otras cuatro. Pero a él le funciona. Le gusta dar amplios paseos por la biblioteca y tiene un abono en el cafetería. Eso sí, nunca lleva tacones 😉
12. El librillos
Si la biblioteca tiene 1000 libros, él necesita 500. Cuando necesitas un libro, vas a la estantería correspondiente y, si no está, lo puedes encontrar en su mesa. Eso sí, nadie sabe cuál es su cara, porque se esconde detrás de montañas de libros, un portátil y unos cascos. A veces te preguntas si realmente necesita tantos libros o los esconde para que nadie pueda llevárselos. Siempre está hasta última hora de la noche y si, por alguna casualidad se tiene que ir antes, esconde los libros en otras estanterías para que no puedas llevártelos. Una joya.
13. El madrugador
Si la biblioteca abre a las 8:30, allí está él media hora antes. Porque tiene su sitio. Y nadie se lo puede quitar. Es SU sitio. si un día llega tarde y tiene una persona delante en la cola, al día siguiente llega 5 minutos antes. Y así sucesivamente. Dicen que a veces pone las calles (y se lleva los pasos de cebra para colocarlos en ellas). El madrugador sabe que las horas que más rinde es a primera hora de la mañana. Y le gusta ese silencio sepulcral que se respira en biblioteca. Disfruta con él. El resto de personas sabe que, si ese sitio está vacío, el madrugador estará enfermo. Y le dejan el sitio libre a modo de respeto. Es la ley de la biblioteca. No toques mi sitio y yo no tocaré el tuyo.
14. El que se sienta SIEMPRE a tu lado.
La biblioteca está completamente libre. No hay nadie. Has llegado a las 9 de la mañana y sólo te encuentras a el madrugador (y si es época de exámenes, el última hora también está por ahí). Te sientas en un sitio vacío, lejos de las personas anteriores. De repente llega alguien.
Y se sienta a tu lado.
Si señores, no hay más sitio en la biblioteca. Tiene que ser ahí. A tu lado. Y sospechas que son de esas personas que, cuando van al baño, hacen lo mismo: van al baño más cercano al tuyo aunque estén todos libres. Supongo que la soledad no la llevan nada bien y necesitan oír a alguien más a su alrededor. Pero en serio, no te va a pasar nada. No va a aparecer un violador por la puerta y te va a escoger A TÍ, y se irá corriendo con tu cuerpo. No, lo dudo. Así que, por favor, para la próxima vez elige una mesa libre, que hay 250 vacías.
15. El opositor.
Oh, aquí estamos nosotros. Una mezcla de los 14 tipos anteriores a modo “blanco & negro MIX”. El opositor está en la biblioteca día sí y día también. El opositor conoce a media biblioteca y sabe qué está opositando cada uno. Y los tiene controlados. A veces, los no-opositores les confunden con plantas o macetas. Pero se dan cuenta, a medida que va pasando el día, que respiran.
También se les conoce por tener miles de rotuladores / apuntes /códigos y un largo etcétera de productos encima de la mesa.
Y tapones.
Que no falten los tapones. O incluso unos auriculares de esos que absorben el ruido. Como un piloto de Iberia, formato estudiante.
Además, todo opositor que se precie lleva a la biblioteca un atril. Puede ser de madera o de metal. Da igual. Si alguna vez ves una silla vacía con un atril, piensa: “Aquí estudia un opositor”.
y sí, los opositores conocen perfectamente la ley de la biblioteca: tiene su sitio asignado. Mirando a la pared o lejos de la puerta, eso siempre.
Y el café para llevar que no falte. Con su tapa, claro, no vayamos a perder todos los apuntes que hemos conseguido hasta la fecha.
¿Y tú? ¿Qué tipo de persona eres?
Ay Cris, me has transportado a mi epoca universitaria, porq yo la opo la estudio en casa, pero en la universidad sí q era fija de la biblio, y era como tu numero 15.
Incuiría también en “la tacones”, quizá porq en mi zona no hay muchas bibliotecas con moqueta, el subtipo “suelas de goma”, esas suelas q en contacto con el suelo hacen un ruido Como si llevara agua en las deportivas Chopf chopf…
Ah! Y en mi caso, como la biblio q tengo cerca es un centro social, están los jubilados q van a echar la mañana y leer el periódico (con la crisis las obras no son lo q eran) y a hablar con la bibliotecaria para quejarse de q el crucigrama está hecho y lo hacen susurrando pero a un nivel tal que piensas, “para eso, díselo chillando,
Muy divertido leerte.
Un besico!!
Cris esto es genial. Mi favorita la 13 esa soy yo!! Mi sitio es mio y sino preparaos para una mirada asesina jajaja
Los conozco a todo y yo soy alguno de ellos 😛 ahora tengo la biblioteca un poco dejada (la comodidad del pijama me puede….) pero el día que vaya, me acordaré de ti y de cada uno de estos “personajes”.
Pd: te falta el que pasa horas sentado sin moverse…pero resulta q estaba durmiendo! Si si, durmiendo! En la biblioteca a la q iba yo había uno y pasaba más tiempo durmiendo que estudiando .
La 3, sin lugar a duda. Me volví una abuela poco transigente ainsssss
Lo que me acabo de reir, es lo que vivo todls los dias, jajaja. Mi sitio es mío y como llegue alguien antes y me lo coja, me paso la mañana vigilándolo y si se va ahí estoy yo haciendo la mudanza de todo el despliegue que llevo a la Biblio y los que se sientan pegados con media Biblio vacía, a esos si que les echó la mirada asesina jajajaja
jajajjajjaa me he echado unas buenas risas con esta entrada, especialmente con la descripción del opositor
Te falta la parejita, esa que se sientan juntos, se agarran la manita se hacen caricias, coquetean durante toda la jornada incluso deciden pasarse 10 minutos besándose en su sitio, eso sí los apuntes sin abrir pero su amor ha crecido muchísimo jajjaj
He pensado exactamente lo mismo!! Son los personajes de la biblioteca que más odio con diferencia jajaj
Cálculo que la que llega a primera hora por que se llena y si es el único lugar silencioso que tenés, no hay de otra que ir temprano y si me gusta el silencio, también subrayo mas ruido que ese no hago y me siento donde mas luz allá y no pase ni frío ni calor donde tenga las menor distracciones posibles y ante todo pueda enchufar mi computadora jajaja
JAJAJAJAJa ame tu post! soy una mezcla entre el resfriado, el subrayador, el ultima hora y el madrugador jajajaj
Me defino a mi mismo como el madrugador, me encanta llegar pronto y puntual a cualquiera lugar al que voy, y siempre 20 minutos antes de la hora!
ala!!! Eso es genial Jorge! 😉 el madrugador siempre aprovecha las mejores horas (y escoge los mejores sitios!)
Hola Cristina!!
Soy universitaria, y al igual que tú, me identifico con la mayoría de ellos (menos el del chicle, relaciones públicas y, opositor -me falta poco-).
Echo en falta el Dj: estudiante que se caracteriza por escuchar, como si fuera al mismo Tomorrowland, canciones con un volumen ligeramente alto (que acabaran con una sordera en los oídos importante), que a su vez, se mueve al propio ritmo de la música: cabeza y pies incluidos.
Un besito!
es verdad!! jaja el DJ es mítico!! jaja cómo se me ha podido olvidar! tengo que hacer una segunda parte! 😀 gracias!
Pues yo no voy, prefiero mi mesa con todas mis cosillas y mi pijama. Si voy es para sacar un libro y huir a mi amado y cómodo zulo.
Bueno, para gustos… opozulos! 😉
Me ha encantado el post, jajaja has descrito perfectamente el ambiente de la biblioteca. Yo solía ser de media y media, porque me cuesta mil concentrarme. También están los posturitas, que siempre están echando fotos para que se sepa que estudian😂 Yo ya no voy a la biblio, porque de tanto ir, en lugar de estudiar, cotilleo sobre la gente que ya conozco de tanto verla por allí. Un beso!!
Tambien tienes al que se dedica a comer patatas fritas lo mas silenciosamente posible… que se viene a traducir como:
-Abre la bolsa con todo el cuidado del mundo y casi sin hacer ruido (y mira que esas bolsas son escandalosas…) La esconde en la mochila por si la bibliotecaria anda por ahi.
-Llega el momento. Como si estuviera delante de una manada de lobos, se mueve lentamente, mete la mano en la bolsa, coje 1 patata y se la lleva a la boca.
Lo mas gracioso es que hace mas ruido masticando que la niña con los tacones de aguja (Las miradas asesinas que he visto yo por casos como estos… XD)
jajaja muy bueno! tengo que hacer una segunda parte 😀
Jajajajaja…. Cristina, me has hecho sentir súper identificada!!! Yo soy la “Shhhh…” y “Subrayador” XD Muy chistoso!!! Me encanta este blog, primera vez que comento, pero te sigo hace harto tiempo por Youtube, Instagram y Facebook. Tu trabajo es realmente un aporte a este mundo!!! Soy fisioterapeuta y ahora estoy estudiando para ser profesora de Química y Biología. Todos tus tips me ayudan en mi día a día y prometo que me animas un montón!!! Un abrazo desde Chile….
Quien iba a decir que me reiría tanto con un post relacionado con los estudios. Con la que más me relaciono es con la librillos, ahora ya no lo hago pero de pequeña si que escondía los libros en otras estanterías para que nadie pudiera llevárselos antes que yo. Si, lo sé, soy el diablo. Después de eso, el opositor, el subrayante, y la que siempre está resfriada en primavera, ESA SOY YO. En fin, seguía tu canal desde hace tiempo pero hoy me ha dado por entrar a tu blog y me he llevado una grata sorpresa. ¡Besos!
Yo soy el madrugador, no me gusta que me quiten el sitio
He disfrutado muchísimo leyendo este artículo. ¡Eres genial!
Yo soy el madrugador y un poco el relaciones públicas. jajaja